Desde el principio, te interesaron las fachadas, no los cimientos. Los pisos superiores, no los salones de abajo. Los espejos que te devolvían tu imagen, no los cuadros.
Domesticastes, redujistes a tu tiranía, arrasastes las intuiciones, los impulsos, las emociones, las pasiones, todo lo que pudiera sonar a poesía o a libertad.
Domesticastes, redujistes a tu tiranía, arrasastes las intuiciones, los impulsos, las emociones, las pasiones, todo lo que pudiera sonar a poesía o a libertad.
http://eldiariodellocoenamorado.blogspot.com.es/#!/2014/06/dia-30-la-revuelta-de-los-condenados.html
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